viernes, 17 de agosto de 2012

La Ciudad Vieja de Benedetti





Ciudad Vieja

Pero está la otra ciudad (…) la de los viejos que toman el ómnibus hasta la Aduana y regresan luego sin bajarse, reduciendo su módica farra a la sola mirada reconfortante con que recorren la Ciudad Vieja de sus nostalgias” (La tregua).
Un lugar para la nostalgia, la Ciudad Vieja: edificios emblemáticos, antiguamente poderosos; institucionales, a ratos señoriales; bastiones financieros; palacios artísticos; puertos industriales; casas modestas que retienen en su digna decrepitud la belleza diferente, patios de toda la vida.... La Ciudad Vieja montevideana recoge algunos de los puntos con más encanto de la ciudad, y es, sin duda, uno de los centros turísticos más vibrantes durante el día.
El recorrido pasa de manera obligatoria por el mercado del Puerto, y puntos clave de la capital uruguaya, esa capital única con sabor a provincia: la Plaza Matriz, donde se concentran restaurantes y puestos ambulantes. "Estuve un buen rato contemplando el alma agresivamente sólida del Cabildo, el rostro hipócritamente lavado de la Catedral, el desalentado cabeceo de los árboles. Creo que en ese momento se me afirmó definitivamente una convicción: soy de este sitio, de esta ciudad". (La tregua).
También está aquí la calle Sarandí, la peatonal por la que todo pasa ["Me sentí como desnudo, con esa desesperada desnudez de los sueños, cuando uno se pasea en calzoncillos por Sarandí y la gente lo festeja de vereda a vereda". (La tregua)]. O los cafés preservados en el tiempo donde se reunía la intelectualidad uruguaya del momento, como el café Brasileiro –portada de uno de sus libros–, el café Las Misiones –citado en La tregua– o el antiguo café Sorocabana, hoy reconvertido bajo el nombre Big Mamma, donde el escritor pasó tantas horas de su vida, escribiendo precisamente esa novela central de su obra, discutiendo de política y charlando con amigos.